Las sociedades que aun se alimentan de una dieta cercana a la que realizaban los habitantes del paleolítico (periodo del ser humano que abarca desde 2,85 millones de años hasta hace unos 12 000 años), como son los habitantes de Nueva Guinea, tienen una insulina postprandial 50% inferior a los que consumen la llamada “dieta occidental”. Eso y otros hallazgos han llevado a pensar que dicha dieta con alto consumo de azúcar refinado, productos de harina de granos procesados, leche y sus derivados, provoca mayor índice de masa corporal, obesidad y resistencia a la insulina.
El “boom“de la dieta paleolítica (paleodieta) está causando revolución en el mundo y consiste en un plan nutricional basado principalmente en carne, pescado, frutas, verduras, frutos secos y raíces excluyendo granos, legumbres, productos lácteos, sal, azúcares refinados y aceites procesados y recomendando frecuentes períodos de ayuno. Esta dieta es un tema controvertido y de discusión entre nutricionistas y antropólogos y en la región de Okinawa (Japon) nos encontramos con una dieta parecida que reporta una de las mayores cifras de longevidad y se basa en vegetales y proteínas de origen marino, con alimentos libres de químicos.
A propósito de los efectos nocivos de los químicos que se adicionan a los alimentos puedo hacer mención a la conferencia “Acné y nutrición” (*) que puede darnos una noción del tema en cuestión.
Este editorial no pretende defender o descalificar ninguna dieta sino llamar a reflexión sobre la comida rápida o “fast food”, los alimentos congelados o precocinados, condimentos, conservantes, abonos, insecticidas de cultivos, alimentos de animales, etc. etc. que incluimos en nuestra vida y que inciden directamente en la salud del individuo principalmente en el mundo occidental.
Tomare solamente como ejemplo tres alimentos frecuentes de los adolescentes: hamburguesa, papas fritas, y refrescos como la Coca cola o Pepsicola.
Hamburguesas
En el año 2013 el chef inglés Jamie Oliver ganó una demanda que en los tribunales se conoció como “El proceso de la porquería rosa” en el cual se cuestionaba fuertemente por su toxicidad el uso de hidróxido de amonio en el lavado de las famosas tortas de carne. El resultado fue la eliminación del químico en muchos establecimientos que distribuyen el alimento, pero no es un secreto que se usan otros también nocivos tales como homogenizantes de grasa, pellejos, cartílagos, vísceras y hueso con lo que son elaboradas las hamburguesas, perros calientes y los nuggets de pollo y que permiten decolorar, colorear, desodorizar, odorizar , conservar, etc.
Pero además a la hamburguesa se le agrega cátsup ( Kétchup) que solo tiene 12% de tomate y más de 20 ingredientes químicos; espesantes, colorantes, almidones, saborizantes, y conservadores para obtener el sabor y la textura de la salsa de tomate.
Papas fritas
Los alimentos ricos en almidón (como son las papas) cuando se fríen liberan una sustancia química que se denomina acrilamida. Este es un producto químico intermedio (un monómero) empleado en la síntesis de poliacrilamidas. Esta acrilamida es un neurotóxico cuando se expone a altas dosis, mientras que la exposición prolongada a bajas dosis da como resultado neuropatía periférica. La acrilamida también actúa en las células germinales con potencialidad de inducir daños hereditarios en los genes y cromosomas. Es cancerígeno en ratas de investigación, de modo similar al de otros cancerígenos que están presentes en diversos alimentos.
Bebidas gaseosas
Desde hace mucho tiempo se ha venido publicando los efectos nocivos detectados en los componentes de las “gaseosas”; es así como el acido fosfórico es una sustancia dañina al calcio de los huesos, y dientes. El azúcar transgénica que contiene estas bebidas se transforman en grasa rápidamente. El aspartame provoca daños cerebrales irreparables a largo plazo, pérdida de memoria y confusión mental. El Ciclamato de sodio, es un agente cancerígeno a nivel celular . Entonces, no es difícil concluir que las bebidas gaseosas tales como la Cocacola, Pepsicola no son recomendables para la salud pudiendo ser fácilmente sustituidas en el consumo diario por zumos o, simplemente agua.
El objeto de este editorial es solo recordar algo que realmente todos sabemos, pero que en ocasiones la necesidad de cumplir una agenda diaria sirve de excusa para consumir la basura que mina nuestro organismo y que a la larga cobra en salud y años de vida.
*Conferencia en Power Point “Acne y nutrición” dictado en Radla chile 2014”, ver en sección de “Foro de acné y enfermedades relacionadas”
Jaime Piquero Martín
El conocimiento alrededor de las relaciones entre salud y alimentación ha aumentado progresivamente. Se ha establecido la relación entre el bienestar y longevidad con la diversidad bioquímica de los alimentos que comemos, además de otros condicionamientos ambientales. Al mismo tiempo también va aumentando la difusión del hecho de que las grandes diferencias que se dan entre individuos en la respuesta a la alimentación dependen de las características particulares codificadas en los genes, de las adaptaciones implementadas en las diferentes condiciones experimentadas y el microbioma de cada persona a lo largo de su vida. Los alimentos también interaccionan con la información codificada en nuestros genes y con toda la malla metabólica que se deriva de ello y sus consecuencias a todos los niveles, esto se conoce como nutrigenómica, es decir, cómo los distintos componentes de los alimentos, sean nutrientes o no, influyen sobre la expresión genética, se ocupa de conocer y caracterizar las diferentes respuestas a la alimentación de las personas que padecen diabetes tipo 2, que según estudios está asociada abaja ingesta clórica de la madre durante el primer trimestre de gestación y poseen una hipometilación del gen igf-2 (factor de crecimiento similar a la insulina 2) lo que hace que este gen sea más activo y tenga mayor expresión que si se hubiera metilado correctamente. Otro factor que corresponde a este tema es que la obesidad que se observa en niños nacidos por cesárea, no sea sólo producto de no adquirir la flora intestinal adecuada en el momento de nacimiento, sino la falta de consumo de leche materna con niveles adecuados de leptina. Como se ha establecido ¨Somos lo que comemos¨ el Dr. Piquero Martin nos llama a la reflexión sobre este tema vital, no solo como nos afecta hoy, sino la salud de generaciones futuras
Excelente su revisión, realmente el alimento debería ser nuestra primera medicina, y fuente de vitaminas y antioxidantes de origen natural, sin tener que tomar tantas pildoras, pero aun hay mas al comprar frutas y vegetales hay que buscarlos que tengan algún animalito para garantizar que no tengan excesos de insecticidas, como sucede con los productos de la colonia tocar que siempre son muy lindos , pero esta demostrado su gran contenido de pesticidas
Entonces siempre debe haber un equilibrio