En la editorial de la edición 311 del 8 de mayo de 2012, presentamos el descubrimiento de unas células denominadas linfocitos T memoria tejido-residentes o TRM, los cuales además de longevos, se distribuían por toda la piel, y lo más importante de todo, eran capaces de mantener la memoria inmunológica, es decir permitían desarrollar una respuesta inmunitaria vigorosa frente a una segunda agresión (1).
El grupo de investigación dirigido por Phillip Scott de la Universidad de Pennsylvania, EUA, con Nelson D, Glennie como primer autor, identificó una población de linfocitos CD4+ memoria tejido-residentes o TRM, en la piel de ratones resistentes C57BL/6 infectados con Leishmania major. Los ratones C57BL/6, se caracterizan por presentar una inmunidad sólida a la reinfección después de la resolución de la infección primaria causada por Leishmania. Estos ratones denominados inmunizados por el grupo, proporcionan un modelo útil para investigar los componentes que podrían contribuir a una vacuna exitosa (2).
En el estudio, los TRM se observaron en sitios distantes al sitio de la infección primaria, y persistían por largo tiempo en los ratones inmunizados. Además, los TRM producían IFN-gamma en respuesta a la estimulación con L. major , y en un segundo desafío actuaban como células centinelas reclutando rápidamente -por medio de una quimiocina- a otros linfocitos de memoria que circulan en sangre, lo cual resultaba en una mayor protección contra la reinfección (2).
Trabajos anteriores demostraron que lo TRM eran importantes en infecciones virales agudas, el estudio de Glennie y colaboradores identifica por primera vez una población de estos linfocitos en respuesta a una infección parasitaria crónica. Estos TRM persisten aún en ausencia de linfocitos T parásitos-específicos en sangre y se mantienen mucho tiempo después de la resolución de la enfermedad. La capacidad de estos TRM reclutando y movilizando rápidamente linfocitos T patógeno-específicos al sitio de la injuria inicial, redujo significativamente la carga parasitaria, lo que señala su contribución a la inmunidad protectora frente a Leishmania.
Los resultados sugieren que los TRM son fundamentales para lograr una protección óptima frente a los parásitos Leishmania, por lo que el éxito de una vacuna, puede depender de generar tanto linfocitos T memoria circulantes como TRM.
Referencias
(1) Tapia FJ. La piel es el mejor sitio para albergar la memoria inmunológica. Editorial Piel Latinoamericana, Edición Nº 311 Año VIII, Viernes 18 de Mayo. 2012. https://piel-l.org/blog/26361.
(2) Glennie ND, Yeramilli VA, Beiting DP, Volk SW, Weaver CT, Scott P. Skin-resident memory CD4+ T cells enhance protection against Leishmania major infection. J Exp Med 2015,212:1405-1414. doi: 10.1084/jem.20142101.
La imagen es parcial de Hank Willis Thomas, Your Skin has the Power to Protect You (2008)
Aunque no soy especialista, me parecen interantísimos estos resultados y creo que se deben replicar estos experimentos lo antes posible, para confirmarlos y continuar con la idea de diseñar una vacuna autóctona contra nuestras cepas de Leishmania.