En noviembre del año de mil novecientos treinta y seis o sea hace ochenta y cinco años, se fundó la Sociedad Venezolana de Dermatología, se podía prever cómo sería esa organización en 1961 o sea veinticinco años después. Trazar estimaciones de lo que le podía ocurrir, en períodos de dos décadas y media, a una entidad como la nuestra, no era una tarea difícil.
En efecto, los directivos y miembros de la Sociedad podían predecir, con poco margen de error, el campo de las nuevas investigaciones en la especialidad; asimismo, la posibilidad, por parte de los grandes laboratorios, de desarrollar nuevas moléculas para uso dermatológicos, aparatología, técnicas exploratorias; incluso, se podía planificar la relación que a lo largo de treinta años tendría la Sociedad con el mundo académico; o la cantidad de colegas asociados por años. En fin, en 1936 no era una aventura predecir la evolución y las diferentes transformaciones que ocurrirían en tres décadas en el seno de la Sociedad.
Pero, ochenta y cinco años después, es una aventura predecir qué ocurrirá a la vuelta de un semestre en cualquier especialidad de la medicina, o del campo farmacológico; o de los recursos terapéuticas derivados de las innovaciones tecnológicas; y, sin temor a equivocarnos, podemos afirmar que la ola de cambios afecta también los criterios organizacionales e incluso, la filosofía institucional de entidades como la nuestra.
Sin embargo, nuestros principios y creencias compartidas tienden a ser estables aunque en ningún momento principios dogmáticos; por esta razón siguen alumbrando el trayecto y orientándonos a la hora de enfrentar retos y de elegir las mejores opciones.
Contrario al desdén con el cual se mira a los enunciados corporativos de una organización, considero que en ellos está el ADN de la mayoría de los éxitos organizacionales. En nuestro caso, seguimos confiando en los enfoques y visiones subyacentes en ellos, citemos por ejemplo del documento fundacional de la Sociedad este visionario enunciado:
Por tanto, no podemos echarlos a un lado porque gracias a ellos hemos ayudado a orientar el desenvolvimiento de nuestra institución a favor de su fortalecimiento e integridad, y con ellos hemos entrado y continuaremos en una de las fases más polémicas e impredecible de la dermatología.
Veamos por ejemplo, tres retos con los cuales ya nos estamos enfrentados:
1° Función de la SVDMQE para incorporar en los pensum de estudio en los diferentes postgrados de Dermatología del país el conocimiento psicológico o la Psiconeuroendocrinoinmunología.
Desde hace cincuenta años, con el desarrollo de las nuevas formas de pesquisa comenzó a desvelarse los mecanismos por el cual el pensamiento o las emociones influían en el cuerpo físico y especialmente en la piel, por una parte, por ser el órgano más extenso del cuerpo humano, por tener orígenes embriológicos, piel y SNC, comunes – ectodérmico- y por la definida relación que existe entre la piel y el sistema nervioso central , además el mejor conocimiento de los mediadores químico que comanda a los órganos y a las células que lo forman; de esta manera, los mediadores químicos varían en su composición y concentración de acuerdo a el estado psicológico del individuo. Más interesante e importante fue demostrar que el funcionamiento del cerebro es comandado por el pensamiento producido en lo que convencionalmente se llama mente, sobre cuya naturaleza no hay acuerdo entre los investigadores.
Resultan evidentes que los pensamientos, procesados por el cerebro, por medio del hipotálamo y de la hipófisis, influencian directamente a los sistemas inmunológicos y endocrinos. Dependiendo de los pensamientos bien sean agradables o desagradables, el sistema inmunológico será estimulado o deprimido. Además de esto queda claro que las células tienen inteligencia y memoria; hay suficientes hallazgos que demuestran que la comunicación del SNC con cada célula de la piel se dan a través de mediadores químicos o receptores de superficie de las células, de esta manera podemos afirmar, virtualmente, que todas las enfermedades de la piel, sino fueran psicosomáticas en su base o inicio, tienen un claro componente psicosomático.
En este sentido el perfil del nuevo dermatólogo debe ser un médico con un profundo conocimiento y experiencia en el entendimiento y manejo de las emociones y su influencia en la piel.
2° Función de la SVDMQE en la creación de nuevas subespecialidades.
Es importante que la Sociedad contemple la creación de nuevas subespecialidades como Teledermatología, Medicina digital, Imagenologia cutánea, Dermatología preventiva y la Microcirugia dermatológica, entre otra.
3° La SVDMQE y la inteligencia artificial (IA)
Resulta oportuno recordar que detrás de la inteligencia artificial (IA) hay, como en todo logro importante del ingenio humano, una intensa y controvertida fase especulativa; el resultado de esta fase especulativa, al ser sometido a un proceso de desarrollo podría tomar el rango de una creación generalmente innovadora y, al constatarse su aplicabilidad, dará lugar a la IA.
Este sencillo y brevísimo delineamiento del origen y creación de la IA, nos señala que la misma exige aplicabilidad y, por otra parte, su condición creativa podría suponer también la existencia de particularidades inéditas, pero son particularidades y en todo caso no es una condición sine qua non que la determine.
No obstante, lo que sí es una condición determinante es que la creatividad que antecede a la IA sea innovadora y aplicable. En consecuencia, al materializarse esa aplicabilidad se estaría realizando la IA. Según esta consideración, la IA —para constituirse como tal— debe trascender de lo teórico y experimental a su fase de implementación.
Ya todos estamos consiente que la gran cantidad de información que disponemos y la rapidez que necesitamos ponerla en práctica amerita un sistema especial que escapa de la fisiología cerebral y es por eso que la inteligencia artificial le ofrece al médico dermatólogo una herramienta invalorable y certera en el estudio principalmente de las lesiones pigmentadas de la piel, enfermedades inflamatorias y enfermedades de los anexos cutáneos; en este sentido la SVDMQE debe apoyar y estimular a los diferentes postgrados la incorporación de esta novedosa técnica auxiliar para hacer del diagnóstico y del seguimiento más exacto.
Rolando Hernández Pérez
Magnifico editorial. Buen complemento del capitulo numero 34 paginas 88 – 102 publicado en «Historia de la Dermatologia en Venezuela 2021 por la actual past-president de nuestra Sociedad Dra. Maria Alejandra Rodriguez de Segura, link publicado como suplemento en la revista Dermatologia Venezolana
11.- DV 2021 1 59 – Suplemento (COMPLETO) pq.pdf
Jaime Piquero Martin
Excelente comentario del Dr Rolando Hernández! Maestro de Maestros! Alineada a la formación de grupos de trabajo en esas áreas de la dermatologia , así se podrán integrar en forma voluntaria los dermatologos que deseen , aportando ideas y nuevas técnicas logrando así que se reúnan una vez al año en forma interna y avanzar en paralelo en todas las áreas , de manera que ya pata la reunión anual se escoja de allí parte de los adelantos con los dermatologos que han trabajado en determinadas áreas , con ello se garantiza la inclusión , el trabajo en equipo y el fortalecimiento del conocimiento .
Excelente Editorial, te felicito Rolando